La cocina de estas tierras está encaminada, no podía ser de otro modo, hacia las carnes. Exquisitas presas de ternera, amparadas por la Denominación de Calidad Ternera de Aliste, animales criados en los pastizales y prados de nuestros pueblos.
Excelentes corderos de raza castellana, asados al horno, con el sabor del tomillo y la retama, grácil estampa, paciendo entre peñas y valles.
Acompañamiento de estas sabrosas carnes es un buen vino de Toro, o de la zona de Los Arribes, que poco a poco va haciéndose hueco en nuestra mesa.
Productos estacionales, como las setas, pueden degustarse en el tiempo de otoño, así como los productos de la matanza: chorizo, lomo, salchichón, jamón, sangre, morcillas. ¡Qué bueno está un buen plato de patatas con costilla!
Panaderías, que elaboran el pan con horno de leña, abastecen a los vecinos de auténtico pan de pueblo.
La repostería es sencilla: aceitadas, bollos nevados, magdalenas, rebojos, el exquisito «bollo coscarón».
Los platos de caza se elaboran a base del conejo , la liebre, la perdiz y, últimamente, el jabalí.
Como veis, buenos y ricos productos, ingredientes perfectos para descansar del ajetreo semanal, o de la fatiga entre ruta y ruta.